La Twentieth Century-Fox nace el
29 de mayo de 1935 por la fusión de dos sociedades de producción: la Fox Film
Corporation, creada en 1915 por William Fox, y la Twentieth Century Pictures,
fundada en 1933 por Joe Schenck y Darryl F. Zanuck.
Aunque la Fox estuvo
a punto de quebrar a principios de los 30 (Fox intento absorber Loew´s tras la
muerte de su fundador, pero fue demandada por el Departamento de Justicia
acusada de violar las leyes antimonopolio) esta fusión hizo que los beneficios
aumentaran casi hasta el mismo nivel que los de Paramount o Loew´s; en 1946 era
la segunda en la industria. En esta unión la Fox aporta, esencialmente, su
prestigio artístico: cuenta en sus filas grandes realizadores y actores, pues
llegó a dominar la lista de las diez estrellas más importantes en la década de
los 30. Tiene, además, una larga experiencia de la distribución y posee una
extensa red de salas. Goza asimismo de una sólida implantación en Europa, a
pesar de haber atravesado durante los años precedentes graves reveses
financieros originados por las ambiciones de su fundador.
La muy joven
Twentieth se beneficia, por su parte, del dinamismo de Darryl F. Zanuck, uno de
los mejores jóvenes ejecutivos del cine estadounidense. Para Zanuck, inspirador
del sello de la compañía, la eficacia de una película se basa en la calidad del
guión, por lo que se intenta hacer con un gran plantel de guionistas. En cuanto
a las estrellas, si en el año de su fundación, la Fox sólo cuenta con dos,
Shirley Temple y Will Rogers, cinco años más tarde tiene ya un notable elenco
en el que destacan Tyrone Power, Betty Grable y Don Ameche, a los que se
añadirán Maureen O'Hara, Gregory Peck, Richard Widmark, Gene Tierney, Dana
Andrews… Fortalecida con estos variados talentos, se afirma durante y después
de la guerra en campos tan diversos como la comedia, el musical y el westerns.
Sin embargo, su producción principal se basa en las películas negras.
En los años
cincuenta, sufre, como el conjunto de los grandes productores, una serie de embates:
aumento repentino de los gastos de producción, ley antitrust y boom de la
televisión, que alteran radicalmente su fisonomía. En 1956 se marcha de Zanuck,
lo que abre una nueva etapa en la historia de la firma en la que no se consigue
restablecer el equilibrio financiero de la compañía. Durante el costoso e
interminable rodaje de Cleopatra, los accionistas llaman a Zanuck, quien vuelve
a tomar sus funciones presidenciales en 1962, pero fracasos repetidos originan
una nueva crisis y Zanuck se retira definitivamente en 1969. En 1981 pasa a ser
propiedad de un magnate del petróleo Marvin Davis que en1985, revende la mitad
de sus participaciones a Rupert Murdoch
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